viernes, septiembre 15, 2006

Wall TV


Mi edificio, desde la calle, dirías que tiene cuatro plantas. Si te alejas un poco ya ves que hay un ático que sobresale tejado adentro. Eso hace la quinta pero todavía no me explico de donde se puede sacar una sexta planta que hace lo que, como mucho, puede ser un camarote pero en donde, hasta hace poco, en la mano derecha han vivido una madre y su hijo, no gitanos sino una mezcla de esas que ya no sabes que son.
Tras ofrecerles el ayuntamiento un piso en mejores condiciones para que la pobre mujer no tuviese que bajar y subir los 77 escalones cada vez que iba a comprar el pan se marcharon para alivio de toda la comunidad ya que en la última reunión de vecinos el hijo golpeo en la mesa con la silla y amenazaba con alquilar el zulo a unos gitanos para que nos destrozasen el edificio. Yo no entendía porque se ponía así por asuntos de escalera más bien banales pero lo que no entendía del todo es porque amenazaba con traernos gitanos a vivir. ¿Es que ellos eran gitanos buenos y si nos portabamos mal iban a venir los malos de verdad? No lo se. El piso lo compró una inmobiliaria tratando de especular y al día siguiente de que se fueran estaban vaciándolo. Entre montones de basura sacaron la sorprendente cifra de 37 televisores. Yo me imagino a la señora viendo a la Teresa Campos sobre un wall tv al estilo de los que usaban U2 en sus giras. Pero la sorpresa es aún mayor si tenemos en cuenta que tocaba a más de un televisor por metro cuadrado ya que el habitáculo tiene menos de 30 metros cuadrados que no cúbicos, ahora me entenderán los que no hayan olvidado las enseñanzas del bachillerato. Se trata de una buhardilla hacia derecha e izquierda. Esto es, tú entras por la puerta y si mides más de dos metros te agachas pero si eres de una medida standard y das un paso hacia cualquier lado también te agachas porque el techo comienza a decrecer. Y pensar que una de las mayores broncas que teníamos era porque sacaban la ropa al pasillo de la escalera. Me extraña que no sacasen los pies por la puerta cuando se echaban en la cama. Pero como el "mercado inmobiliario" (habría que dinamitar esta expresión) está como está los de Tecnocasa, ese es el nombre de la inmobiliaria, ya están empezando a enseñar Buckingham Palace a los pobres incautos que se creen que por menos de 15 kilos (medida universal de valoración de pisos) pueden
encontrar algo más allá de una ratonera. Seguriré hablando de los muchachos de corbata verde de la inmobiliaria.