martes, abril 24, 2007

Callejeros en San Francisco


La pasada semana emitieron en Cuatro, dentro del programa Callejeros un reportaje sobre el barrio de San Francisco que reunía a algunos de los mitos del lumpen bilbaino, por ejemplo: la prostituta de 60 años, el yonki que ahora sólo se mete la metadona que le dan y unos cuantos tranquimazines, la embarazada de 4 meses que hace la calle y le pasa dinero a su novio, que como ella también es yonki. En fín lo normal.
Se olvidaron, creo yo, de otras modalidades en auge que reinan ahora Sanfran. Vease el menor de 18 años magrebí que esnifa pegamento y es capaz de clavar una navaja a su hermano por un par de euros, el residente de ese locutorio al que tanta gente entra pero ninguna para hablar con su madre o el apostador de esquina con un trabajo de 18 horas al día que no está tanto para hacer negocio sino para que otros puedan hacerlo.
No voy a ser catastrofista, también salían las chicas guapas de BIEM a las que la autopromoción invasiva de las cadenas les jugo una mala pasada ya que justo cuando ellas posaban se anunciaba el programa "Desnudas". Eso sí que es saber enlazar un programa con el siguiente. Ahora vestidas muy monas, después desnudas.
Ayer repetían en la tele esa peli de De Niro en la que dan una cámara a los asesinos para que graben sus fechorías y así aumentar la audiencia. Los de Callejeros podrían hacer un programa al día con lo que ocurre en mi barrio. ¡Que me den...!, ¡que me den una cámara...!

domingo, abril 22, 2007

¡Murcia, que hermosa eres!


Ahora que ya estoy, de nuevo, a punto de marchar, esta vez a tierras cacereñas recuerdo al abrir el iphoto los días que pase en semana santa en Murcia. Tuvo que llegar un bilbaíno al extremo oriental de la península para que todos los días que tenía previstos llover allí se sucediesen de seguido. A pesar de ello alguien nos iba haciendo de paragüas para que siempre cayese agua cuando estábamos en el coche o en casa. En Murcia llueve distinto, se crea el ambiente fresco de una tormenta en la playa y los efectos de cualquier chaparrón son los de la riada del 83: los charcos alcanzan dimensiones de embalse, la tierra se desliza embarrada y los coches disparan arcos de agua hacia los dos lados a 100 kilómetros por hora.
Fuera del circuito de marinadors que anuncian esas galas de la primera bajo el título de "¡Murcia, que hermosa eres!" hay muchos rincones de quitar el hipo en esta pequeña comunidad. Puedes pasar de la belleza agreste de sus playas casi desiertas (sí todavía hay zonas vírgenes en el Mediterráneo) al vergel de los huertos de limoneros de los valles interiores.
Pero si me tengo que quedar sólo con un lugar de este viaje me quedo con el paisaje lunar de las minas de La Unión y ese homenaje a la autodestrucción que es Portman, una playa sin fin alimentada de sedimentos sulfurosos. La sensación de abandono es total, uno se siente como en la escena final de "El planeta de los simios". Las tuberías que vomitaban los restos de mineral todavía permanecen allí acusadoras y la vida no existe más allá de unos juncos y cuatro sapos que rodean el desastre. Deberían organizar visitas guiadas a este lugar para todos los alcaldes y gobernantes que permiten locuras como ésta o la de la albufera de Valencia y de este modo situarlos en el futuro, en una especie de pasada rápida de la cinta de la historia, a través de un viaje similar al de Mr.Scrunch acompañado de la muerte.

domingo, abril 15, 2007


Garabat me tiene absorvido. Vivo sin vivir en mi. A pesar de ello esta semana han caido dos conciertos que no puedo dejar de apuntar. Sr. Chinarro en Egia, las canciones de los útlimos discos del sevillano siempre me ponen de ese extraño buen humor que sólo llega cuando lo has dado todo por perdido y no importa que el cielo se caiga sobre tu cabeza. Radicalmente distinto el concierto de ayer, The DT´s en Helldorado. Tenía ganas de conocer el local y me costó mas de una hora encontrar el p*** pabellón industrial. De todos modos, como en las ocasiones grandes, cruzar la puerta y comenzar la primera canción con esa vocalista, una Janis Joplin anfetamínica, que es de esas mujeres que da gusto que te griten al oido. Cue dice que un tanto lineales pero joder cuando las alubias son tan buenas uno no puede dejar de comer y comer.