viernes, septiembre 29, 2006

Seth Bullock vs Earl Hickey



Hoy por fin he encontrado el nexo entre dos de mis series favoritas. Por un lado está la comedia sobre el nuevo "american way of life" que es "My name is Earl" y en la otra punta se encuentra "Deadwood", el cruce perfecto entre el viejo oeste y "El padrino". El protagonista de Deadwood es Seth Bullock interpretado por un actor, Timothy Olyphant, de esos que te preguntas como es posible que no le hayas visto en otra ocasión, un cara de palo que podría pasar por Clint Eastwood joven. El caso es que hoy viendo uno de los capítulos de la primera temporada de "My name is Earl" ha aparecido él haciendo uno de esos papeles de delincuente perdedor patético de los que está plagada la serie. Ahí van unas letras de su guión:
En plan desafiante "¿Sabes con cuantas chicas tuve sexo?"
(Cara de poker y cuatro deditos en alto) "Cuatro."
"¿Quién era la cuarta chica?"
"Conté a Tricia dos veces porque estuve con ella con y sin su ortodoncia."
La verdad es que tendría mucha más gracia sino acabase bizco leyendo los subtítulos pero es una de las desventajas de ser un analfabeto para el resto del mundo no castellano parlante.
Un apunte: Si uno escucha a Midlake a media noche se siente como si cuidara del ganado en una montaña lejana, sí, en plan Brokeback Mountain. El descubrimiento de este grupo se lo debo al Sr. Vila-Matas que es un moderno de cuidado.

miércoles, septiembre 27, 2006

Viva la depresion!!


Ayer noche vimos en el Kafe Antzokia a Dominique A. Es un autor francés a mitad de camino entre la canción y el rock de alta tensión y aunque le tengo perdida la pista desde hace unos años el concierto fue uno de los mejores que he visto ultimamente: valiente, emocionante e incluso divertido. Todo esto con el francés como hombre orquesta, utilizando la técnica de Herbert o Many Fingers que usan loops de efectos pregrabados en directo, en su caso de voz o de guitarra. El primer hit de la noche y, según él, el que iba a ser el único, vino con la emocionante "Dans un camion" pero las capas de guitarra que montó alrededor de "Pour la peau" fueron también un momento para respirar profundo. Me gustó mucho también una canción que no conocía y cuyo estribillo me tradujeron como "El amor está sobrevalorado", una frase que resume el tono irónico que mantuvo Dominique durante todo el concierto. Soltó perlas en castellano como "¡¡Viva la depresión!!" Termino con "Antonio" pero fue obligado a salir un par de veces más que no hubieran hecho falta si no fuese para seguir aplaudiéndole por demostrar que uno puede sudar rock sin necesidad de banda (las gotas de su calva se disparaban hacia todos lados en cada arranque). Pocos artistas pueden llenar de tanta presencia un escenario. Me acuerdo ahora también del concierto de Ainhara Legardon en fiestas de Bilbao, tuve la misma sensación de que no hacían falta amplificadores para transportar muy lejos la emoción de su voz.

martes, septiembre 26, 2006

Entre la muerte y el ridiculo



Si tienes la suerte de vivir en San Francisco no hace falta viajar para ver mundo. En primera fila desde tu balcón puedes disfrutar del mayor espectáculo del mundo. Aquel en el que los hombres viven entre la muerte y el ridículo. Porque cuando la vida está en juego parece que caben pocas bromas pero siempre ha habido algo de tragicómico en ver a un hombre saltar al vacio. En este caso no esperen tragedia, adictos al "Tomate", sólo un hombre haciendo el ridículo para llamar la atención. Pensándolo bien quizás esto sea más trágico que la muerte. Decidan ustedes.

Algunos dirán que no soy más que un paparazzi. No les falta razón. Quizás hubiera debido bajar a ayudar como el buen hombre del final del video. Pero no se engañen no le ayuda a levantarse, le ayuda a extender aún más el brazo para que los coches no se lo tomen a pitorreo y los paparazzis como yo tengamos la oportunidad de ver, al menos, unas falanges aplastadas.

¡¡En el infierno se vive tan bien...!!

lunes, septiembre 25, 2006

Leonard Cohen en Metralleta


En este pasado fin de semana de visita a Madrid he entrado a uno de esos sitios de los que siempre había oido hablar pero nunca había visitado. Se trata de "Metralleta", una tienda de música con un stock muy grande de discos usados. No se si ha estado siempre en el mismo lugar pero su situación en la entrada a uno de esos parkings asfixiantes le da un morbo a cueva del tesoro. Entré buscando otro trofeo para mi lista de vinilos y salí con un primer premio por dos euros que todavía me tiene contento. Se trata del primer disco de Leonard Cohen. Me encantaron algunas canciones de esta etapa cuando escuche una recopilación de sus primeros años. Aparte de "Suzanne", una de esas canciones que crece con los años hay otras que le siguen los pasos muy de cerca. "So long Marianne" ha sido mi favorita mucho tiempo y ahora está dejando paso a otras como "Sisters of mercy". Además de lo musical la carpeta todavía conserva las letras y la contraportada es un dibujo entre religioso y pornográfico que representa muy bien la esencia de Leonard Cohen. Vamos que doy palmas con las orejas.

Ultimamente sólo compro vinilo, no por snobismo sino porque puedo encontrar discos antiguos por uno o dos euros. Las faltas en la carpeta e incluso el sonido a veces defectuoso no me importan, incluso le dan más valor al disco. Lo trato con cariño y voy corriendo al plato en cuanto escucho que se ralla. El formato ha conseguido devolverme esa emoción por lo material de la música. Eso sí, he decidido sólo comprar trabajos que tengan las cinco estrellas en allmusic para no llenar mi discoteca de curiosidades que luego poco escucho como "Jesucristo Superstar" versión Camilo Sesto. Entre las joyas que he ido rescatando de las sucias cubetas estos meses están: Trans Europe Express de Kraftwerk, Ziggy Stardust de Bowie, Transformer de Lou Reed y 16 Lovers Lane de The Go Betweens. Sólo uno es una edición nueva, regalo de un amigo, el Grace de Jeff Buckley que es mi disco de los 90.

viernes, septiembre 22, 2006

Julieta en La Riviera


Ya está. Ya he tenido mi experiencia comunal coreando 3000 personas las canciones de la mexicana Julieta Venegas. El concierto fue en La Riviera, un local del que tengo especiales buenos recuerdos en conciertos de James Brown y Los Planetas y que es historia viva de Madrid. Allí llevan los madrileños bailando desde hace decadas y su estética de plaza de toros en medio de un oasis es lo suficientemente hortera y decadente para conquistarme. Eso sí, ya lo sabía pero por eso no deja de impresionar, las cañas a 5 euros.

Para estropear un poco el momento podría decir que, a veces, el sonido de la banda, que quería ser poderoso, estropeaba las canciones de distancia cortas, esas en las que Julieta te cuenta casi al oido. También bajaría del pedestal en el que tenía a Julieta por esas presentaciones de cada canción en plan Bebe, con ese exceso de ganas de ser una buena persona. Pero en la parte positiva están esas canciones que devuelven dignidad a la radioformula, pop con ganas de agradar pero inquieto muisicalmente y agridulce en sus letras, pócima que ha convencido a muchos y sobre todo muchas (uno de los pocos conciertos a los que he asistido con mayoría femenina). Entre las asistentes estaban las hermanas Llano de Dover con quienes nos cruzamos en la puerta y de las que podemos asegurar que su cambio no ha sido sólo musical, van forradas de complementos de H&M cual fan de Madonna. Llegamos con el concierto empezado como hacen los VIP a pesar de los 24 euros de la entrada y nos perdimos una de las canciones de su último disco que más me gusta, ese acertado hip hop de "Eres para mi" pero disfrutamos de casi todas de "Sí" y "Sal y limón" y de una versión de "Los tigres del norte" que para mi sorpresa coreó gran parte del público.

Terminamos la noche como se merecía, bebiendo un dry martini acompañado de todo tipo de picantes mexicanos y rodeado de mujeres hermosas. Toma ya.

domingo, septiembre 17, 2006

La brujula del Capitan Sparrow


Ayer tuve tarde Mallrats paseando por el Megapark en busca de un extintor de incendios. Sí, mi paranoia pude empezar a ser preocupante pero motivos tengo. Para mi sorpresa me dijeron, en un gran centro de estos de bricolaje, que no tenían. Vamos que tú te puedes montar tu mini jardín japonés con todos los elementos pero si hay un fuego en tu casa lo apagas con toallas. Después fuí a ver "Los piratas del caribe". Si hubiese sido por mi le hubieran dado al Capitan Sparrow allí por donde más le duela pero, como iba acompañado, hay que ser transigente con los gustos de los demás. No voy a decir que me sorprendió. La peli es un truño, un carrusel de piruetas enlazadas malamente. Sin embargo, como leí en algún sitio, de cualquier film, por muy malo que sea, siempre se puede sacar algo bueno. En este caso no es la interpretación de Johnny Deep que parece dispuesto a matar a su personaje a base de ramalazos de una pluma hecha por un mimo de parque. Es un pequeño detalle que me hizo pensar en algo más trascendente que lo que proponía esta segunda entrega de "Piratas del Caribe", por cierto el final no es tal ya que sólo hace anunciar la tercera parte. Se trata de un objeto fetiche del Capitán Sparrow, no recuerdo si sale en la primera parte, una brújula mágica que no señala el norte si no lo que realmente desea el que la posee. El objeto da juego para un par de chistes o para intentar hacer creernos que puede haber algo entre la heroina y el ¿malvado? capitán pero a mi lo que me llamó la atención es que si no sabes lo que deseas la brújula gira sin marcar ninguna dirección. Pensé que me había sentido alguna vez así y que siempre he preferido sujetar la aguja en una dirección, desconociendo si era hacia donde me dirigía el lugar que más deseaba pero prefiriendo eso a vagar sin rumbo.

Aparte de esto ¿se sentirá triste un perro que hace el número tres de "Lagun" de una misma familia? ¿Se sentirá orgulloso de mantener la herencia o pensará que vive una vida prestada?

No lo se. Voy a recoger a Paula a la estación que está a punto de llegar.

sábado, septiembre 16, 2006

Vetiver


El pasado jueves comenzo la temporada con el concierto de Vetiver en el Azkena. Había mucha gente que entró por la patilla porque los murmullos eran fuertes por las últimas filas e incluso llegue a oir un "¿pero a que coño de concierto me has traido?" cerca de la barra. Yo no voy a quejarme de los que van gratis porque conseguí un par de invitaciones gracias a La Jungla Sonora. Eso sí, ahora hay que gastarse euro y pico para entrar en un sorteo mandando un sms. Con lo divertido que era antes quemar el botón de rellamada para entrar el primero por el teléfono de la radio. No debe triunfar mucho el sistema de envío de mensajes porque lo que era una entrada se convirtió en dos debido a la baja participación. De todos modos, en claro reflejo de la tristeza de mis relaciones sociales, no conseguí convencer a nadie para que me acompañara. Juro que lo intente, por lo menos con 5 personas, pero cuanto más fácil es más desconfia la gente.

Las canciones del nuevo disco se pueden escuchar en su web. Son temas menos lisérgicos que los de su primer álbum pero siguen teniendo ese caracter alucinado pero sencillo. No se valen del histrionismo de las Cocorosie para parecer subidos encima de una nube. Como no me gusta esperar, menos si voy sólo, llegue 15 minutos tarde y para mi sorpresa el concierto había comenzado. Arrancó con temas más del estilo Mojave 3 donde los ritmos lentos ganaban a la psicodelia para después pasar al nuevo album en el que hay canciones más agitadoras. El Sr.Cubillo hace en El Correo con mucho más oficio una descripción del concierto.

Buen comienzo de temporada. Ahora si la suerte via sms no nos sonrie habrá que seleccionar los más interesantes si no queremos dilapidar la paga, la cual ya va a quedar bastante mermada con el viaje a Madrid para ver a Julieta Venegas. Sí ya se que toca hoy en Bilbao pero es que entre La Casilla o La Riviera uno no tiene dudas. Pobre pero chulo.

viernes, septiembre 15, 2006

Tecnocasa es Satan


Tecnocasa es una franquicia inmobiliaria que se caracteriza por focalizar los esfuerzos de cada oficina en una zona muy concreta y por contratar a jóvenes sin apenas experiencia pero llenos de entusiasmo por llenarse los bolsillos de pasta con el lucrativo negocio de la compra-venta de pisos. Por supuesto, en San Francisco hay mucho negocio y ahí estan ellos. Los chavales se pasean por la calle todo encorbatados (la corbata verde es su distintivo) entre yonkis y mirones intentando repartir sus revistillas y llamando puerta a puerta para ver si alguien está a punto de morirse o de separarse y ofrecerle una tasación gratuita. Son los nuevos testigos de Jehova.

Mi experiencia concreta tiene relación con el camarote sobre el que hablé en mi nota anterior. Un piso que, según Surbisa (la institución del ayuntamiento de Bilbao que se encarga de vivienda), no tiene permiso de habitabilidad por no superar los límites impuestos por el Gobierno Vasco en cuanto a metros cuadrados de superficie y altura. De sus 30 metros pocos son transitables ya que el punto más alto sólo llega a dos metros.

Esta inmobiliaria compró a un buen precio a mis antiguos queridos vecinos, esa madre e hijo con personalidad bipolar en cuanto a su condición gitana, y ahora, por supuesto, intentan rentabilizar su inversión. Cualquiera que compre el piso, además de vivir en unas condiciones deplorables, sin apenas espacio ni luz, va a hacerlo en la ilegalidad ya que ese piso no tiene permiso para ser habitado mas que por las palomas (ejem, de esto tendré que hablar en otra nota). El problema es como le explicas tú a un inmigrante que apenas sabe hablar castellano que le han engañado y que ahí no puede vivir. Se aferrará al marco de la puerta con los dientes y verá en ti al enemigo cuando los verdaderos hijoputas son los que le han vendido ese zulo. Ellos no están haciendo nada ilegal. Pueden vender el piso al igual que se puede vender un trastero o un garaje pero está claro que su actitud es una buena muestra de la hospitalidad europea.

El aparejador de Surbisa me comentaba cuando le conté nuestro problema que nadie va a comprar un piso sin consultar a la comunidad si tiene cargas o no. Y si lo hacía es porque era un comprador tonto. No hay que confundir la necesidad con la necedad. El que duerme en un contenedor de basura no lo hace porque sea tonto y quiera que el camión de recogida haga un paquete con él. Mejor no ironizar porque en lo que llevo viviendo aquí ya son dos los "sin techo" que han muerto de ese modo, uno de ellos residía junto a su cartón de vino en el escalón de entrada a mi portal. Si algún día encuentro ganas hablaré de él.

Wall TV


Mi edificio, desde la calle, dirías que tiene cuatro plantas. Si te alejas un poco ya ves que hay un ático que sobresale tejado adentro. Eso hace la quinta pero todavía no me explico de donde se puede sacar una sexta planta que hace lo que, como mucho, puede ser un camarote pero en donde, hasta hace poco, en la mano derecha han vivido una madre y su hijo, no gitanos sino una mezcla de esas que ya no sabes que son.
Tras ofrecerles el ayuntamiento un piso en mejores condiciones para que la pobre mujer no tuviese que bajar y subir los 77 escalones cada vez que iba a comprar el pan se marcharon para alivio de toda la comunidad ya que en la última reunión de vecinos el hijo golpeo en la mesa con la silla y amenazaba con alquilar el zulo a unos gitanos para que nos destrozasen el edificio. Yo no entendía porque se ponía así por asuntos de escalera más bien banales pero lo que no entendía del todo es porque amenazaba con traernos gitanos a vivir. ¿Es que ellos eran gitanos buenos y si nos portabamos mal iban a venir los malos de verdad? No lo se. El piso lo compró una inmobiliaria tratando de especular y al día siguiente de que se fueran estaban vaciándolo. Entre montones de basura sacaron la sorprendente cifra de 37 televisores. Yo me imagino a la señora viendo a la Teresa Campos sobre un wall tv al estilo de los que usaban U2 en sus giras. Pero la sorpresa es aún mayor si tenemos en cuenta que tocaba a más de un televisor por metro cuadrado ya que el habitáculo tiene menos de 30 metros cuadrados que no cúbicos, ahora me entenderán los que no hayan olvidado las enseñanzas del bachillerato. Se trata de una buhardilla hacia derecha e izquierda. Esto es, tú entras por la puerta y si mides más de dos metros te agachas pero si eres de una medida standard y das un paso hacia cualquier lado también te agachas porque el techo comienza a decrecer. Y pensar que una de las mayores broncas que teníamos era porque sacaban la ropa al pasillo de la escalera. Me extraña que no sacasen los pies por la puerta cuando se echaban en la cama. Pero como el "mercado inmobiliario" (habría que dinamitar esta expresión) está como está los de Tecnocasa, ese es el nombre de la inmobiliaria, ya están empezando a enseñar Buckingham Palace a los pobres incautos que se creen que por menos de 15 kilos (medida universal de valoración de pisos) pueden
encontrar algo más allá de una ratonera. Seguriré hablando de los muchachos de corbata verde de la inmobiliaria.

Para entrar a vivir


Hace unas noches vi el telefilme de Balaguero para la serie "Historias para no dormir". Hay que reconocer que el director catalán es uno de los mejores en su estilo aunque el género no de mucho más de si y no haga más que autoparodiarse. El título de su trabajo es "Para entrar a vivir" y cuenta la experiencia traumática de una pareja que, buscando piso, llega hasta una casa donde les espera un ama de llaves mazo hijoputa (perdonenme la expresión pero me he quedado de un a gusto haciendo por un momento de El Nen). La mala en cuestión es la mujer del Resines en "Los Serrano" (busquen en google su nombre). Seguro que esta actriz (aparte de soportar a Pepe Navarro y Antonio Resines en una misma vida, que ya es mucho decir) ha hecho muchos mejores papeles pero yo, a partir de ahora, cada vez que regañe a los niños voy a pensar que les va a dar con la tostadora en la cabeza, la verdad es que cualquiera de los Santa Justa Klan ya se lo merecía.

La película ha estado en Venecia y el propio Balaguero no se explicaba muy bien el por qué pero el argumento con el que parte me pareció atractivo: "¿Que hay más aterrador que la busqueda de piso?" Buena premisa pero no suficientemente documentada. Le hubiera hecho falta pasarse por mi edificio para sumar algunas experiencias que, sin duda, le hubieran enriquecido. Esta tarde cuento alguna.

miércoles, septiembre 06, 2006

Hill Street Blues


Mi intención era dar cuenta en este blog de los conciertos a los que acudiese. Bueno, en principio, tampoco era esa su función pero... La cuestión es que debo reorientar sus contenidos porque hay peligro de que muera de inanición. Este verano he visto en fiestas patronales (de las de verdad no como dice Genis de Astrud unas de esas que se han reconvertido en festivales modernos): Bebe en Donostia y a Turbonegro y Marlango en Bilbao. También estuve el otro día viendo a Salif Keita por probar nuevas sensaciones. Como todos estos conciertos son gratuitos, el de Dylan también lo era, no me siento con muchas ganas de hablar de ellos así que hasta que la temporada de invierno comience tendré que entretenerme con otras cosas.

Hoy han llamado a mi puerta a las 8 y media de la mañana 4 ertzainas de paisano con pinta de tener más peligro que una de esas mafias que atracan los chalés en la costa valenciana. Uno duerme semidesnudo y en el tiempo que se tarda en ponerse una camiseta y mirar con que pelos me he levantado ya habían llamado otra vez. Vamos, que tenía que abrir, que era para mi.
Abro y me encuentro con los 4 sujetos y una placa del cuerpo en los morros al estilo Hill Street Blues. Yo ya había visto alguna de estas y me parece que era autentica:
- "Somos de la Ertzaina"
- "Yo soy uno que se acaba de levantar"
Sólo por la duermevela me explico una respuesta tan borde pero todavía me estoy riendo con ella.

- ¿Vives solo?
- Sí
- ¿No vive ningún marroquí?
- No, eso es en el primero.
- Pues nos habían informado que era aquí.
Mira unos papeles como para confirmarlo.
- Disculpa.

Creo que el Ministerio de Trabajo ha enviado a estos buenos señores para advertirme de que no puedo continuar poniendo el despertador a las 8:30 y levantándome una hora después. Prometo que funciona. A las 9:30 ya estaba afeitado delante de este ordenador.