viernes, noviembre 25, 2005

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Para completar nuestro hat-trick semanal ayer acudimos a la última cita con el wintercase este año.

Llegamos con The Decemberist ya tocando. Se agradece y a la vez parece que hemos perdido algo con esta obsesión por la puntualidad. Sienta mucho mejor, como el otro día en The kills, llegar una hora tarde y preguntar en taquilla "¿ha empezado ya?" "no, ahora mismo" Te ahorras las innecesarias cañas previas y entras a la sala como si te estuvieran esperando para empezar.

Este régimen de horarios estrictos del wintercase nos hizo perdernos, al menos, la mitad del primer set pero tuvimos suficiente para darnos cuenta que "Picaresque" es uno de los mejores trabajos de pop-folk del año y que The Decemberist son lo más parecido a una cuadrilla de Orozko sobre el escenario. Paula dixi.

La gran sorpresa fue Dirty Three. Dudaba mucho que se pudiese trasladar al directo de una manera intensa las cimas que alcanza ese violín en disco pero el caos controlado de estos extraordinarios músicos acentua la extraña belleza de sus canciones. Protagonista absoluto el violinista loco, retorciendose de espaldas al público con actitud de Klaus Kinski en sus speechs pero no había que perderse tampoco el arsenal de baquetas que recogía el batería al final del concierto. Era la muestra del detallado trabajo que había realizado en lo que por momentos no parecía más que un golpeo anárquico. El contrapunto, el guitarrista: ni dos pasos en todo el concierto.

Finalizaban Mercury Rev. Comenzaban bien con la mejor de sus canciones "Empire State" del olvidado trabajo "See you on the other side" pero las nuevas canciones les hacían perder fuelle y las de "Deserters Song" sonaban menos melancólicas sin la brujería de Fridman. Capitulo aparte merecen los visuales proyectados detrás de ellos en pantalla gigante, recien robados de una reunión de Nueva Akropolis que ni como broma tenían puta gracia, mucho menos con esos mensajes del tipo "El amor es la fuerza más grande". No esperamos a los bises ya que Paula empezaba a doblar las rodillas.

Y así completamos este hat-trick. Prometo explicar en próximos post como sobrevivir a esta avalancha de conciertos sin caer en la más grande de las miserias (económica, claro).

martes, noviembre 22, 2005

Hat-Trick


Damos luz a este hueco en el que habita Paula de Parma. Escribimos a cuatro manos ya que hacerlo a dos llama más a la pereza y temo que termine algo que sólo ha empezado en nuestras cabezas, como la mayoría de las cosas...
Semana del 21 al 27 de Noviembre del 2005. Me propongo realizar un hat-trick durante estos dias aprovechando la temporada de invierno de conciertos:
Ayer Paula y yo fuimos a ver a Bebo Valdes y ella batió su propio record de prontitud en quedarse dormida en un concierto. Hasta ahora pensaba que sólo bajo la influencia de sonido abrasador alcanzaba esa duermevela. El caso de Experience en el Tanned Tin de hace unos años es de sobra conocido pero pocos saben que se pasó los 15 minutos de brasa drum&bass de Matt Elliot alumbrando de baba mi hombro. Pero ayer era una música tan propicia para dejarse acunar que pense que, precisamente por eso, aguantaría todo el concierto viendo deslizarse los dedos del viejito cubano por el piano. Pero no fue así, cayó a los primeros acordes y a la señora de al lado (que había pagado 30 euros por hacer peligrosa y excitante su vida marital con el calvo que la acompañaba) le pareció mal y miraba a la pobre con reproches que le impedían fijar el sueño. Nosotros gracias a Joseba Martín nos colamos en el Euskalduna con zapatillas, la próxima vez con pijama.
Contaré yo pues el concierto: instructivo (Gershwin, habaneras, jazz...) para señores con corbata que no habían tenido tiempo ni de dejar el maletín en casa, sedante (ya hemos explicado algunos efectos) y un pelín vergonzante. Me pasó igual que con la Vieja Trova. Dan ganas de denunciar explotación ancianil al verle al largo bebo dar esos pasos artríticos hacia el telón.
Hoy noche vengo de ver a The Kills en el Azkena. Paula ha desistido después de lo de ayer pero yo tenía que cumplir con mi objetivo de alcanzar ese hat-trick esta semana. Y si el de ayer fue una jugada elaborada que acaba en gol tras un remate de cabeza, el de hoy ha sido un chut con efecto desde mas de 10 metros que ha doblado las manos al portero. "No wow" como primer trallazo y sin parar, marcados por la dictadura de la caja de ritmos, 70 minutos de dirty blues punk lleno de sexual healing. Si había algún quinceañero en la sala después de hoy forrara la carpeta con fotos de VV. No hay nada más sexy que una chica harta de ser tan guapa, el pelo tapándole la cara, camiseta XXL... un cruce entre Joey Ramone y Carla Bruni. Por mucho que su chico trataba de llamar nuestra atención a base de guitarrazos era imposible no seguir sus cabriolas por toda la sala. Si alguien ha visto el vídeo de Good Ones ya sabe el numerito que se traen estos dos, algo así como porno-eléctrico-espasmódico pero ¡oh sorpresa! con cariñitos en plan "¿estás bien cielo?" "muy bonito, nena (beso)" Algo que no vende imagen de tipos duros pero que queda tan tierno... Ya se que no digo ni una sola palabra de música pero es que nunca ha sido lo importante...
El próximo jueves pretendemos completar el hat-trick gracias a Diario Pop y Sinnamon en el concierto de Mercury Rev, Decemberist y Dirty Three. Si tengo ganas, además del concieto explicaré también como me he visto obligado a regresar a mis origenes y mendigar por todas las radios en busca de una entrada que alivie mi maltrecha economía.