Una pistola de rayos
Hoy me he permitido uno de esos caprichos que hace tiempo me venía rondando. Pensaba que la promoción ya se había acabado pero cuando he visto que no era así me he lanzado a por esta botella que veis arriba y que conmemora los 50 años de Kas. No soy tan viejo como para recordar el mallot ciclista de esta marca de refrescos pero si que recuerdo todos aquellos cascos de cristal que había que devolver a la tienda para que te descontasen unas pesetas de la nueva botella.
Este va a ser uno de los últimos caprichos que me permito porque a partir de mañana tengo una responsabilidad importante para poder cambiar los hábitos de consumo mundiales. Mañana entro a formar parte de una campaña en la que se analizan la bolsa de la compra de mi región y una amable señorita vendrá a casa para entregarme una pistola de rayos, lectora de códigos de barra, con la que analizar en que me gasto los cuartos. No podré comer más esa deliciosa lasaña cuatro quesos de Buttoni porque eso sería apoyar a una marca como Nestle, que no se muy bien por qué pero todo el mundo sabe que son mu malos. En compesación puedo apoyar la producción local abasteciéndome de morcillas de Burgos, chorizo de Orozko y pimientos de Lodosa. Es una responsabilidad, eh...
¿Que cómo he entrado a formar parte de este experimento? Pues porque yo atiendo a todo el que me llama por teléfono, porque siempre he querido tener una pistola de esas y porque dan unos regalos que todavía no se cuales son pero me da igual.
Ya saben. Si quieren que el txakoli que produce su tio aparezca en las estadísticas de consumo del pais no tienen más que mandarme unas botellitas.
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